Pan de la Palabra. V Domingo de Cuaresma

PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA-V DOMINGO DE CUARESMA 2018
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN PARA DISPONER EL CORAZÓN:

Señor, todo nos invita a triunfar, a ganar; a aprovecharnos, a no ser tontos… Y tú, nos recomiendas que perdamos la vida. Señor, enséñanos a perder el poder, el prestigio, la imagen, las mil cosas que acaparamos. Enséñanos a renacer a la sencillez, a la escucha atenta a la vida del otro, a que nos duela todo dolor de los hermanos, a mostrarnos pequeño y frágil, como somos, a compartir las dudas, los miedos y fracasos. Ayúdanos, Señor, a dar la vida, el tiempo, las cosas y a dar nuestras personas. En tus manos estamos, haz de nosotros lo que quieras... Contigo a nuestro lado... ya no necesitamos ganar.

“SI EL GRANO DE TRIGO NO ES ENTERRADO”…

“El campesino, con dolor, enterró el poco trigo que le quedaba. Aquella noche, la mujer, le dijo: No nos queda harina, así que no enciendas el horno… A la semana siguiente, el campesino, volvió a su campo y no vio más que la tierra reseca, y pensó: Ahí está enterrado el pan de mi familia. El trigo se había muerto en las entrañas de la tierra. A las cuatro semanas vio su campo convertido en una alfombra verde. Y llegó el invierno y vio como sobre su campo habían tendido un manto de nieve blanca, escarbó y se llenó de alegría, el trigo sobrevivía. Y cuando asomó la primavera el trigal comenzó a levantarse, como promesa de nuevos panes, hasta que el sol del verano lo convirtió en una alfombra de espigas doradas. Y el campesino, se pregunto, ¿Quién produce este milagro? Y, como si viniera del cielo, escucho una voz: Dios ha multiplicado los granos de trigo que generosamente enterraste en el campo. Y llegó la hora de la siega y la trilla… ¡Y que bien se sentía el agricultor al ver el grano amontonado! Y, ¡cómo disfruto al verlos convertido en harina! Desde ese momento, la mujer se encargó de encender el horno. Todos los días, al amanecer, tomaba una cuartilla de harina, la amasaba y la horneaba. Los niños disfrutaban el olor del pan recién hecho. Ahora aquellos granos de trigo alimentan la vida de una gran familia”

LA PALABRA DE DIOS: JUAN 12, 20-33

“Entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos, que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, rogándole: Queremos ver a Jesús. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y volveré a glorificarlo. La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

PARA COMPRENDER MEJOR EL TEXTO:

CONTEXTO: Después de la entrada en Jerusalén, ante unos griegos que quieren ver a Jesús, Juan pone en boca de Jesús unas palabras que bien pueden decir que la Vida solo puede ser alcanzada después de haber aceptado la muerte.

EXPLICACIÓN: Todo el Evangelio de Juan parece estar orientado a este momento, ha llegado la hora” de manifestar el amor de Dios y de este Hombre.

Dar Vida, humanizar la vida, es la misión de Jesús. Ahora bien, esa Vida, fruto del amor, está bloqueada por el egoísmo. Por eso, para gozar de la vida verdadera, hay que deshacer el falso yo.

Todos sabemos que el grano de trigo sembrado, no muere más que en apariencia. En él hay una vida latente, esperando la oportunidad de desplegarse. Ello quiere decir que la vida que se entrega se convierte en alimento de la verdadera Vida.

En contra de lo que parece, entregar la vida no es desperdiciarla, sino llevarla a plenitud. No se trata de entregarla al morir, sino poco a poco en cada instante, sin miedo a que se termine. El mensaje de Jesús no conlleva un desprecio a la vida, sino todo lo contrario, solo cuando nos atrevemos a vivir a tope, dando pleno sentido a la vida, alcanzaremos la plenitud a la que estamos llamados.


APLICACIÓN: Jesús invita a seguirlo en el camino que acaba de trazar, dar la vida. Seguir a Jesús es compartir su misma suerte. Seguir a Jesús es entrar en la esfera de lo divino, es dejarse llevar por el Espíritu. Se trata de dar la vida, día a día, en la entrega confiada a los demás.

PARA DIALOGAR EN EL GRUPO O EN LA FAMILIA

El grano de trigo ha de enterrarse para ser fecundo. De la misma manera, nuestra vida, para ser fecunda ha de morir a muchas cosas.

¿Qué pensamos nosotros? ¿Qué es lo que debemos perder para ser fecundos?

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo.

¿He captado que la ley evangélica es dar la vida por amor?
¿Estoy dispuesto a aceptar esa «muerte» en las pequeñas cosas de cada día, para vivir?

PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA:

• Prepárate para hacer un rato de oración. Si quieres, pon en tus manos un pequeño crucifijo. Acércate a ver a Jesús como aquellos griegos del evangelio.
• Mira de nuevo a Jesús y escúchale. Te habla con el con la imagen de un grano de trigo, te habla del gran amor con que te ama. Párate y recréate en estas palabras: Yo soy ese grano de trigo enterrado para que tú tengas vida. Déjate estremecer por un amor tan grande…
• Acepta la invitación que te hace Jesús a estar con El, a colocarte en medio de la vida como El, como quien sirve y da vida. El Padre será para ti una fuente inagotable de gozo. Prepárate para la Semana Santa con actos de servicio, de generosa entrega, de amor. Piensa cómo lo puedes hacer y preséntaselo a Jesús Puedes terminar con esta oración:

Señor, apártame de los caminos fáciles y cómodos,
de los caminos trillados y seguros.
Llévame por los caminos de los pobres,
para que sepa reconocer tu rostro en sus rostros.
Dame ojos, para ver los senderos a la justicia y a la solidaridad;
dame oídos, para escuchar a los que buscan salvación y salud;
dame ternura para descubrir la libertad que nace de la cruz.
Hazme digno/a, Señor, de servir a mis hermanos.
Dales, a través de mis manos, no sólo el pan de cada día,
también mi amor misericordioso, imagen del tuyo.

SER COMO EL GRANO DE TRIGO…

Débil semilla
que encierra en su entraña
la capacidad de ser pan,
para darse, humilde y caliente
al que lo busque.

Tú nos has hecho semilla,
de trigo, maíz o, centeno,
da igual, pero, su vitalidad ha de morir
si quiere hacerse planta y servir.

Enséñame, Señor, a entregar mi vida
al servicio del Evangelio y de los otros.
Enséñame a ser capaz de morir
para dar vida a los demás.

Gracias, por ser tú
la tierra buena y el agua generosa
que me hace crecer,
para entregar los frutos
a la gente con que vivo,
en el trabajo que comparto
y a la causa a que sirvo.

Hazme comprender, Señor,
que nuestro débil grano
es poca cosa, pero…,
si no lo siembro no habrá cosecha.
Y, así como la cosecha necesita de cada grano,
la humanidad necesita de mí,
como yo necesito de ti
porque eres único e irreemplazable.

RECUERDA:

• Jueves, 22 de marzo, a las 19 h.30: Celebración del perdón con la comunidad parroquial
• Viernes, 23 de marzo, a las 19h 30: Via Crucis solemne
• Domingo, 25 de marzo: Domingo de Ramos. Las eucaristías se celebrarán a las 11 h. y a las 12h.30.