Pan de la Palabra. III Domingo de Cuaresma



PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA-III DOMINGO DE CUARESMA 2018
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN INICIAL:

Señor Jesús, enséñame a denunciar a quienes profanan personas,
tus verdaderos templos.
Hay mercaderes de niños, de obreros, de órganos y de esfuerzos;
hay mercaderes de vida y mercaderes de sueños…
Mercaderes que arruinan tus templos,
rentistas, ricachones y usureros,
los traficantes de esclavos, que matan el alma y el cuerpo;
los que negocian con armas, asesinos de los pueblos,
y los culpables del hambre, auténtico sacrilegio.
Los mercaderes de templos, siempre tienen un mismo nombre:
Don Dinero.
Que no me calle, Señor,
que reivindique, ahora siempre, la dignidad de tus templos.
Que me sienta capaz de luchar contra los mercaderes de templos. Amén.

DEFENSA DE LAS VÍCTIMAS

El enfrentamiento de Jesús con los habían hecho del Templo una cueva de ladrones, cuestiona nuestros silencios ante el atropello del más grande templo de Dios: los hombres y las mujeres. Instalados en la comodidad, no tenemos coraje de denunciar y ofrecer resistencia ante tantos atentados contra las personas y, de manera más particular, contra los empobrecidos, que se presentan y se asumen como irremediables, cuando no, como necesarios para el sostenimiento del sistema. Jesús, un pobre, desde su connatural solidaridad, los defendió del “lobo” de turno, poniendo en peligro su vida. No se sabe por qué, se va olvidando que los seguidores de Jesús, contamos con un espíritu de libertad y de “valentía” (parresía le llamaban los primeros cristianos) para la denuncia, que empuja a superar toda cobardía, a “dar la cara” por el otro.
La actuación de Jesús en el Templo de Jerusalén, obliga a sus seguidores y seguidoras a hacerse una pregunta: En nuestros templos, ¿estamos haciendo crecer la defensa de los más débiles o nos permite vivir tranquilos en nuestro escaso bienestar? ¿Estamos alimentando nuestros intereses o nos ponemos a trabajar por un mundo más humano? Si nuestros templos se parecen en algo al de Jerusalén, Jesús no los bendeciría.

ACOGE LA PALABRA DE DIOS

ÉXODO 20,1-17: “El Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud… ”

1 CORINTIOS 1, 22-25: “Nosotros predicamos a Cristo crucificado… Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios más fuerte que los hombres”.

JUAN 2, 13-25: “Se acercaba la Pascua, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos…, y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: El celo de tu casa me devora. Entonces los judíos, y preguntaron: ¿Qué signos nos muestras para obrar así? Jesús contestó: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre”.

PARA COMPRENDER MEJOR EL TEXTO:

SITUACIÓN: Cuando se escribió el evangelio de Juan ya no existía el templo ni la casta sacerdotal tenía influencia en el judaísmo. El interés de Juan es afirmar que el cristianismo no puede repetir los errores del pasado.

EXPLICACIÓN: Jesús no trata de purificar el templo sino de sustituirlo, porque estaba adulterado. Para ello, como afirman los otros evangelistas, hace suyas unas palabras de los Profetas:

  • Mi casa será casa de oración para todos los pueblos, incluidos los extranjeros que se adhieran a Yahvé… pero que estaban excluidos del templo Isaías 56, 3-7). Vosotros habéis convertido mi casa de oración en cueva de bandidos, porque oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda…, y os vais tras otros dioses, para luego venir a mi Casa para sentiros seguros (7, 10-11).
  • Ante la petición de los judíos de que Jesús justifique su actuación, él contesta: “Destruid este templo y en tres días yo lo levantaré de nuevo”, refiriéndose a su muerte y resurrección que harán de él el santuario único y definitivo. Su muerte hará de él el santuario único y definitivo. Jesús está anunciando la abolición del templo y del culto allí celebrado, porque ya el lugar de la presencia de Dios es el cuerpo glorificado de Jesús (Jn 1,51; 4, 23).

APLICACIÓN: Si dejásemos de creer en un Dios que está en el cielo, no le buscaríamos en ese edificio llamado templo. Si de verdad creyésemos en un Dios que está presente en todas y cada una de sus criaturas, trataríamos a todas con el mismo cuidado y cariño que si fuera Él mismo. Nos seguimos refugiando en lo sagrado, porque seguimos pensando que hay realidades que no lo son. Una vez más el evangelio está sin estrenar.

PARA EL DIALOGO EN EL GRUPO

El papa Francisco nos viene planteando la necesidad de conversión, no solo personal, sino también comunitaria de nuestra Comunidades Parroquiales: “si son capaces de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas. Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos…” (E.G. 27).

Vamos a dialogar sobre como se vive esto en nuestra Comunidad y sobre lo que, entre todos, se puede ir cambiando

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

Mi relación con Dios ¿es en “espíritu y verdad”? ¿Veo el templo como un valor absoluto, o reconozco que Dios habita, sobre todo, en los pobres, en la justicia y el amor?

PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA:

  • Para comenzar tu oración, comienza invocando a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y sintiéndote templo de ese Dios…
  • Mira tu barrio, es templo de Dios, como cada una de tus vecinos y vecinas. Habla con él de las profanaciones a que están sometidos… y de hasta donde te duelen…
  • Mira ahora a tu Comunidad Parroquial, llamada a ser casa del Amigo, de la justicia, de la caridad y casa de la fraternidad. Pero en la que, alguna vez, se olvida la ternura y la insolidaridad. Habla con Dios de la necesidad de conversión.
  • Termina tu oración concretando cómo vivir más intensamente el culto que Dios quiere: servir a las personas. Y da las gracias a Dios por estar tan cerca de todos…

Quiero ser tu templo, Señor, en él habites y hables.
Quiero que vuelques la mesa de mi “yo” orgulloso e interesado
para que en mí solo sea Tú.
Quiero ser templo de tu presencia, de tu verdad y tu justicia
de tu amor y tu misericordia.
Y donde las piedras tengan el sello del perdón y la esperanza.
Sí, Señor, si Tú quieres
hazme tu templo vivo para que, un día,
tras el tránsito de la muerte, pueda resucitar contigo.

ORACIÓN DE LA COLERA Y EL AMOR

Señor, que ante la injusticia, mi corazón se rebele;
que sienta en mi alma la rabia del orden que tapa el desorden;
que me sienta capaz de luchar;
que pueda en cualquier tiempo coger el látigo y arrojar a los mercaderes del templo.

Porque tu templo no es sólo la Iglesia
Tú templo, los lugares desde donde te rezamos,
son las fábricas, los talleres, las calles de nuestros barios…
Y hay hombres que han convertido tu casa en cueva de ladrones;
que me sienta capaz de vencerlos.

No permitas, Señor, que me resigne. Porque resignarse es declararse vencido.
Y solamente ante ti debemos declararnos vencidos.
Ante nadie más. Y nunca ante los sembradores de iniquidad
.
Señor, purifica mi cólera.
Que en mi rabia no piense en mí, sino en la gloria del Padre y en mi prójimo.
Como tú lo hiciste: Que me sienta yo, como tú, capaz de vivir y morir por mis hermanos.

Que no piense que soy yo quien lucha, sino nosotros;
que no piense que yo soy quien reza, sino que en mí confluye el grito de los oprimidos.
Porque la cólera por causa “mía” lleva al odio;
la cólera por “nuestra” causa conduce al amor.

Señor, dame el amor, para que mi cólera no sea obra del infierno,
sino extensión de amor a mis semejantes, compasión auténtica fuerte y liberadora;
que mi cólera sea también amor al desgraciado sembrador de injusticias,
al que ha derribado tu altar y en su lugar ha fundido un ídolo de oro.

Señor nuestro, ¡apiádate de él y, por su bien, ilumínale!
¡Haz que te conozca!; que mi cólera no sea contra la persona, sino contra su mal.
¡Haz, señor, que mi cólera sea caridad!
Señor, Tú, sí, porque Tú sabes qué quiere decir esta palabra: ¡Dame tu caridad!

RECUERDA:

  • Viernes, día 9 de marzo, a las 19 h.: Catequesis nocturna con niños y jóvenes
  • Sábado, día 10 de marzo, a las 10h.: formación de la comunidad parroquial
  • Domingo, 11 de marzo, a las 11h.: entrega de los evangelios a los niños de 3º de comunión
  • Puedes seguir la vida de la parroquia en: https://parroquiadelasalud.blogspot.com/


Pan de la Palabra. III Domingo de Cuaresma Pan de la Palabra. III Domingo de Cuaresma Reviewed by Parroquia de la Salud on febrero 27, 2018 Rating: 5

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