El Pan de la Palabra. DOMINGO 1º DE ADVIENTO C



PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA - DOMINGO 2º DE ADVIENTO C – 9 DE DICIEMBRE DE 2018
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN PARA DISPONER EL CORAZÓN:

Señor Jesús, te esperamos en nuestros caminos. Estamos deseosos de que nos alcances con tu mirada, con tu llamada. Danos tu Espíritu para que, abiertos nuestros ojos y encendida nuestra esperanza, dejemos de ser indiferentes a tu presencia escondida en la pequeñez de la vida humana, en los acontecimientos sin brillo de nuestros barrios y en la fidelidad de nuestra Comunidad. Tú que eres la Palabra del Padre, haznos merecedores de tus promesas. Amén.

ALENTAR LA ESPERANZA EN NUESTROS BARRIOS

Si hemos descubierto pequeñas huellas de la esperanza en nuestros barrios, si hemos notado como débiles brotes verdean en tierra seca como promesas de una vida más digna para todos y para todas, si nos hemos dejado sorprender porque Dios nos visita con estas pequeñas sonrisas de cada día…, vamos a “alentar esas esperanzas por pequeñas que sean”. No las perdamos de vista. Ellas pueden encender la mecha de la lucha, convertirse en fuente de justicia, crear solidaridad y, sobre todo, encender el anhelo de aquel otro día en que vivamos en común-unión.

La esperanza débil y pequeña, como la llamita pequeña y débil, siempre corre el riesgo de ser apagada por cualquier viento, por suave que sea. Por eso, habrá que aprender a alentarla con ternura, a contagiar razones para creer, a llenar la oscuridad que nos envuelve con la luz de la amistad solidaria, y vivir para cultivarla y hacerla crecer, confiados en el amor grande de Dios.

Dios nunca deja de su mano a los que ama, y nos ama a todos y a todas. Este es un convencimiento cristiano que nunca debemos olvidar: “Dios ha dispuesto que su pueblo camine seguro a su sombra”. Y lo mejor es que “lo que Él ha comenzado lo llevará a feliz fin”. No estamos en un desierto de desolación y de muerte. Es posible la esperanza, “porque Dios mismo nos guía a la luz de su gloria y de su justicia”. Esperar es confiar, como María que, “para Dios todo es posible”, que podemos confía en Dios porque, antes, ha confiado en nosotros. Despertar la confianza en ese Dios es empezar a vivir de una manera nueva y gozosa, porque se sabe por qué y para que vivir, sabiendo que nuestros esfuerzos por hacer unos barrios más humano y más dignos no se perderán en el vacío.


LA PALABRA DE DIOS:

Primera Lectura: Baruc 5, 1-9:

El profeta, en el s. I antes de Cristo, festeja que Dios va a cumplir sus promesas. “El Señor se acuerda de ti. Quítate el luto y vístete de de la justicia de Dios”.

Segunda Lectura: Filipenses 1, 4-6.8-11:

Pablo, nos invita a entrar en el dinamismo de la conversión, a cambiar desde dentro, creciendo en el amor. En esa lógica saldremos al encuentro de Jesús “llenos de los frutos de justicia”.

Evangelio: Lucas 3, 1-6:

“En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios”.

PARA COMPRENDER MEJOR EL TEXTO:

CONTEXTO:
Juan descubrió que para hablar de una nueva salvación, nada mejor que recordar el anuncio del profeta Isaías que le habló de liberación a su pueblo, cuando estaba más oprimido en el destierro y sin esperanza de futuro. Juan v al pueblo dormido y quiere despertarlo, lo ve apagado y quiere encender en su corazón la esperanza en un Dios Liberador.

EXPLICACIÓN: Por eso se concentra en una llamad: “Preparad el camino del Señor”. ¿Cómo abrirle caminos a Dios? ¿Cómo hacerle más sitio en la vida? Lo primero será hacerle sitio en nuestra vida personal. Quien no encuentra a Dios en su interior difícilmente lo encontrará fuera. Lo importante es buscarlo, seguir confiando en él. Quien desea creer, ya es creyente en ese Dios que nos conoce hasta el fondo de nuestro corazón. Y este es el mejor camino para igualar las relaciones interpersonales y sociales, que es lo mismo que “nivelar el terreno”; para sembrar un poco de esperanza en tantas personas que viven sin horizonte, sin saber qué sentido dar a su vida, llenos de cosas y con el alma vacía y para acompañarlas en su soledad orientándolos hacia el mensaje de Cristo; para denunciar con libertad las mentiras, injusticias, manipulaciones, violencias y superficialidad de nuestra sociedad, y defender a las víctimas del sistema.

APLICACIÓN: Al ser humano se le ofrecen hoy infinidad de caminos por los que puede desarrollar su existencia. ¿Cuál será el que le lleve a la verdadera salvación? No encontraremos la salvación que Dios quiere hoy para nosotros, si nos limitamos a repetir lo políticamente correcto. Sólo desde la experiencia personal podremos descubrir esa salvación.

PARA DIALOGAR EN EL GRUPO O EN LA FAMILIA

Alguien ha dicho que nuestra sociedad es un inmenso cementerio de esperanzas. Pues, en medio de esta sociedad des donde los cristianos hemos de “dar razón de nuestra esperanza”, a nosotros mismos y a los hombres y mujeres con los que compartimos la vida y el barrio. De ello, queremos dialogar:

Nuestra Comunidad, en su conjunto, ¿qué esperanzas está alentando hacia dentro y hacia nuestros vecinos?


PARA REFLEXIONAR PERSONALMENTE

¿Estoy “abriendo caminos al Señor” en nuestro barrio? Es decir, ¿estoy tratando de que “todo lo torcido” en el barrio se enderece, para hacerlo más humano?

PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA

  • Comienza tu rato de oración, haciendo silencio y abriendo tu corazón a la presencia de Dios en tu vida. Haz la señal de la cruz… e invoca al Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, diciendo: Padre amoroso, ven sobre mí. Jesús, hermano de todos, ven sobre mí. Espíritu Santo, animador de la esperanza de los profetas, ven sobre mí.
  • Como el Bautista, tú puedes ser, en medio del barrio, en tu familia, en tu trabajo, entre los amigos, voz de Dios. ¿Te atreves a decir que sí? Habla con Dios de ello.
  • Tú, ¿qué puedes hacer, para ejercitar tu profetismo? Trata de concretarlo. Y termina dando gracias a Dios

Señor, te pedimos
esperanza para los pobres y abandonados,
para los que ven destruirse lo que tanto aman,
para los emigrantes y para los que, aunque quieran, no trabajan.
Esperanza para el parado de enfrente y la anciana de la planta baja.
Quiero ser parte de esa esperanza,
uno de esos rayos de sol que despiertan las ganas de vivir,
motivan la lucha por los sueños perdidos y los derechos negados y
por dignificar a las personas de tantos barrios ignorados.
Quiero ser parte de esa esperanza, de esa alegría y de esa vida
que has depositado en tanta gente, que quiere seguir adelante.
Gracias, Señor, por la Esperanza y por tu presencia en nuestra vida.

ORACIÓN DE ADVIENTO

Ven y sálvanos
de nuestra ceguera para descubrirte presente.
De nuestra pereza para caminar contigo,
de nuestras excusas para alejarnos de ti.

Ven y sálvanos
de nuestra sordera a tu palabra,
de nuestros desplantes injustificados,
de nuestro gusto por el hombre “viejo”.

Ven y sálvanos
de nuestra dureza para comprender las Escrituras,
de nuestras luchas por los primeros puestos,
de nuestra desconfianza en la semilla del Reina.

Ven y sálvanos
de nuestra comodidad puesta como valor primordial,
de nuestra falta de comprensión hacia los otros,
de nuestro egoísmo disimulado.

Ven y sálvanos
de nuestra superficialidad,
de nuestra insensibilidad por las cosas de arriba,
de nuestra pérdida de sentido.

Ven y sálvanos
de los dioses que nos hemos fabricado
de la rutina que nos aprisiona,
de nuestras miras pequeñas.

Ven y sálvanos
Dios salvador nuestro,
Dios amigo nuestro,
Dios anunciado por Jesús. Amén.

2 DOMINGO ADVIENTO C. 9 de Diciembre 2018

Baruc 5, 1-9: “Quítate tu vestido de luto”.

Salmo 115: “Alzaré la copa de la salvación, invocando tu nombre” .

Filipenses 1, 4-6.8-11: “Llegad limpios al día del Señor”.

Lucas 3, 1-6: “Todos verán la salvación de Dios”.

RECUERDA

  • Viernes, 14 de diciembre, a las 19:30: Celebración comunitaria del Perdón
  • 14-16 de diciembre: Jornadas Solidarias
  • Domingo, 16 de diciembre, a las 13:39: Concierto del “Grupo de la Plazuela”


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