Retiro de Adviento: Orar con el cuerpo

Orar con el cuerpo

El día uno de diciembre, se ha celebrado el retiro: “Orar con el cuerpo”, cuyo objetivo es la preparación del Adviento, dirigido por Dª Esther Prado, profesora de la Universidad de Almería.

Da la bienvenida al grupo con música de Margaret Rizza, y lentamente nos va introduciendo a la Preparación, la Espera, la Venida, la Llegada, la Esperanza; es decir nos dirige hacia el significado del Adviento.

Nos conduce silenciosamente hacia la “Espera”, aunque no sabemos que esperamos, sugiere por tanto que estemos Alerta: levantaos, alzad la cabeza se acerca la liberación.
La mejor forma, de estar, en esta espera, es sentirse a sí mismo.
Sentarse adecuadamente (simbólicamente) es sentir los pies en la Tierra, esta es nuestro sustento, el cuerpo se nutre y se equilibra con sus propiedades.
El cuerpo es el vehículo a través del cual se transmiten los sentimientos, y través de ellos oramos; ORAMOS CON EL CUERPO.

La respiración rige nuestra vida, se trabaja con la respiración siendo conscientes de una inspiración profunda, lenta y de una espiración liberadora. Esta manifestación de nuestro cuerpo simboliza el “Soplo del Espíritu”.
Trabajando la respiración, en un recogimiento reflexivo, buscamos nuestras “cargas”, intentamos localizarlas mediante la inspiración y a través de la expiración nos planteamos; silenciosamente saber qué están ahí, reconocerlas.

Siente tu CARGA y da gracias por ello.
Esperar sin saber qué viene; que esperamos...
Estemos alerta, se acerca la liberación.

Después del descanso, seguimos trabajando en la respiración, en el “Soplo del Espíritu”.

El cuerpo es el motor a través del cual el Espíritu se manifiesta para llevar a cabo su obra.
Conocedores de nuestras cargas y a pesar de que nuestras raíces en la tierra sean sólidas, profundas y tengamos un soporte imaginario en nuestra columna, a pesar de ello, nos tenemos que preparar porque encontraremos fuerzas opuestas que nos zarandearán. Si no estamos “alertas, de pie, con la cabeza levantada, esas fuerzas contradictorias podrían hacer que perdiéramos el Centro”.

Seguimos esperando…
En alerta…
Por eso debemos estar preparados.

Esther, dirige un ejercicio, en la que los participantes tras realizar una inspiración profunda, insufla (el aire) el Soplo en otra persona, no le habla, no la toca, solo se miran a los ojos y en esa mirada serena y en esa espiración lenta y consciente, le trasmitimos, lo que somos, lo que tenemos y la persona que recibe el Espíritu sabe que este va dirigido a aligerar las cargas, a volver a dar gracias porque sabemos que están ahí y a fortalecernos con ese silencio interior , compartiendo su experiencia de vida y decididos a que el Espíritu actúe en todos y cada uno de los componentes del grupo.

Antes de concluir el retiro, el siguiente ejercicio se realiza en el exterior, delante de un árbol (simboliza el Eje, el Centro).
Se trata de observar el árbol, como el viento mueve sus hojas y como esa brisa penetra suavemente y nos llena con su Aire.
Las hojas se mueven constantemente, tienen nombre: libertad, grito, vida, amor, fruto, paz, esperanza, compartir, generosidad, silencio, alegría, gracia, don…
Las hojas nos ha enviado un mensaje a todos: estamos en permanente búsqueda, en permanente espera. “El Soplo” se ha instalado en nuestro interior para ayudarnos en la Espera, en la Venida.

De nuevo en el interior, se deposita una hoja en el suelo, en el centro de la sala. Todo el grupo al unísono nombra su hoja en voz alta acercándose pausadamente hacia el centro y cuando vamos llegando al Eje (hoja), se susurra, se ralentiza el nombre, es como una segunda piel que se ha instalado en nuestro interior.
La energía, que se ha desprendido en este encuentro, ha sido posible gracias a la fuerza del grupo.

Este encuentro, nos ha dado argumentos para prepáranos a esa Espera: “Levantaos, alzad la cabeza, por que se acerca la liberación”.