El Pan de la Palabra. DOMINGO VII T. O, C



PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA - DOMINGO VII T. O, C. – 24 DE FEBRERO 2019
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN PARA DISPONER EL CORAZÓN:

Señor, Dios, rico en misericordia y perdón, mira nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar. Te pedimos nos concedas un corazón misericordioso que se compadezca de las necesidades de nuestros hermanos. Te suplicamos que nos llenes de confianza, no en nuestro esfuerzo o virtud, sino en tu inmensa misericordia, en tu compasión para con nosotros y en tu gracia que hace que todo sea posible.

AMAD A LOS ENEMIGOS

¿Qué podemos hacer los creyentes de hoy ante las palabras de Jesús: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los os maldicen, orad por los que os calumnian”? ¿Suprimirlas del evangelio o dejarlas para tiempos mejores?

Cuando Jesús habla del amor al enemigo no está pensando en un sentimiento de afecto y cariño hacia él, menos todavía en una amistad apasionada, sino en una apertura humana, de interés positivo por la persona del enemigo. Quien es humano hasta el final, descubre y respeta la dignidad humana del enemigo por muy desfigurada que se nos pueda presentar. Y no adopta ante él una postura excluyente de maldición, sino una actitud positiva de interés real por su bien.

Quien quiera ser cristiano y actuar como tal en el contexto de violencia que vivimos, ha de afrontar este conflicto sin renunciar a amar, cualquiera que sea su posición política o ideológica. Y es precisamente este amor universal, que alcanza a todos y busca realmente el bien de todos sin exclusiones, la aportación más positiva y humana que puede introducir el ciudadano o el político cuya actuación quiera inspirarse en la fe cristiana.

Hay dos cosas que los cristianos podemos y debemos recordar hoy en medio de esta sociedad, aun a precio de ser rechazados. Amar al delincuente injusto y violento no significa en absoluto dar por buena su actuación injusta y violenta. Por otra parte, condenar de manera tajante la injusticia y la explotación no debe llevar necesariamente al odio hacia quienes la instigan o llevan a cabo.

LA PALABRA DE DIOS: Lucas 6,27-38

“A los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada: tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis la usarán con vosotros”.

PARA COMPRENDER MEJOR LA PALABRA:

CONTEXTO: El evangelio nos introduce en una cuestión que atraviesa la historia humana y, por tanto, también la historia de Israel: el distinto trato a los amigos y a los enemigos. Frente a quienes proponen, que uno tiene que “hacer daño a sus enemigos y ponerse al servicio de sus amigos”, Diógenes, afirma que “hay hacer de los enemigos verdaderos amigos”. En tiempo de Jesús, se solía decir: bendice a los tuyos, “los hijos de la luz” y maldice a los extraños, “los hijos de las tinieblas”.

EXPLICACIÓN: ¿Qué dice Jesús? Él insiste en el amor a los enemigos, porque Dios es “compasivo” y los que quieran ser fieles a Dios han de ser compasivos, tener como él entrañas de misericordia. El Padre del hijo pródigo “tenía compasión”. El Samaritano “mostró compasión” con el caído. El mismo Jesús mostraba compasión para con los enfermos y pecadores. El criado que no perdonó a un compañero, carecía de compasión, como tampoco era compasivo el sacerdote que ni miró a aquel hombre medio muerto en el camino.

Jesús tiene enemigos, pero no los odia, porque él no es enemigo de nadie. Jesús ora por los que le hacen mal; ama a los que no le aman. Jesús expresa con claridad que el amor debe ser universal, es decir, que tenemos que amar a todos: a los buenos y a los malos. Él está en el polo opuesto de la ley del talión (ojo por ojo y diente por diente).

APLICACIÓN: El perdón no es solo una cuestión de voluntad, que lo arregla rápidamente todo. Perdonar no es solo olvidar. Por lo general, el perdón es el final de un largo proceso en el intervienen también la sensibilidad, la comprensión, la lucidez y, en el caso del creyente, la fe en un Dios de cuyo perdón vivimos todos. El que llega a perdonar se vuelve a sentir mejor, más humano.

PARA DIALOGAR EN GRUPO O EN LA FAMILIA

En una sociedad basada en la competición, en el choque de intereses egoístas:
¿Es posible ser hombres y mujeres de amor gratuito?
¿Cómo amar a quien está explotando y maltratando a otras personas y a la naturaleza?


PARA REFLEXIONAR PERSONALMENTE

¿Está mi vida instalada en un amor como el que me presenta Jesús en las bienaventuranzas y en este texto subsiguiente?
¿Soy capaz de amar a quienes no me gusta, a quienes me disgustan, a mis enemigos?

PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA

  • Repasa de nuevo el Evangelio. Procura leerlo como si fuera la primera vez… ¿Qué palabras, frases o actitudes de Jesús o de la gente, llaman tu atención?
  • Piensa y dialoga con Jesús, ¿Estoy en condiciones de aceptar de corazón lo que me dice Jesús: “amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian… Tratad a los demás como queréis que ellos os trate”? Habla con Jesús de tus sentimientos ante su invitación, de tus dificultades…
  • Si te sientes capaz, escribe en un papel el nombre de aquellas personas que te hicieron o te hacen daños… ¿Qué crees que te pide Dios? ¿Qué crees que puedes hacer? … Te atreverías a pedir al Señor por ellas?...
  • Termina dando gracias a Dios por este rato de oración:

Señor, que sepa elegir amar en lugar de odiar, crear en lugar de destruir,
perseverar en lugar de renunciar, alabar en lugar de criticar,
curar en lugar de herir, dar en lugar de robar,
actuar en lugar de aplazar, crecer en lugar de consumirme,
bendecir en lugar de blasfemar, perdonar en lugar de reprobar…

Porque quiero tener amor en el corazón y no odios y resentimientos;
quiero tener felicidad y no amargura; quiero ser realizador y no destructor.
Quiero ser un buen samaritano y no un fariseo; quiero entregarme y no ser un ave de rapiña.
Quiero unión con vos, mi Dios y no con la carroña.
Quiero optar siempre por la verdadera plenitud! Amén!


PARA PARECERNOS AL DIOS PADRE-MADRE

Sobre todos, Padre,
haces salir el sol y mandas la lluvia.
A todos nos sostienes, a todos ofreces tu abrazo
y susurras palabras de cariño y ternura,
sin tener en cuenta cómo sea,
su dignidad, su bondad o su malicia,
su credo, su cartera o su autoestima.

Amas a todos, pero no eres neutral.
Amas al injusto, pero detestas la injusticia.
Amas al pobre, pero aborreces la pobreza.
Amas al engreído, pero te asquea el orgullo.
Amas al pecador, pero te repugna la maldad.

Pon en nosotros, el sentir de tu corazón
y da a nuestras entrañas el pálpito de tu querer,
para respetar a los que son diferentes,
para tolerar a los disidentes,
para dialogar con los contrarios,
para acoger a los extraños,
para prestar sin recompensa,
para defender a los débiles, y amar a todos
por encima de gustos y preferencias.

Enséñanos, Padre-Madre, a ser como Tú,
Que ofreces tu casa solariega
a los que andamos a la intemperie;
que, sin preguntar, das a todos
el abrazo de tu amistad;
que reservas un cuarto para cada uno,
respetando nuestras costumbres y manías;
que guardas el mejor sitio,
para el más pobre y pequeño,
para el más marcado por la vida
¡Cuánto tenemos que aprender de ti!
para que la gente pueda decir de nosotros
Son hijas e hijos dignos de Dios.

DOMINGO DOMINGO 7º T O, C. 24-2-2019

1 Samuel 26,2.7-9.12-13.22-23: “David no atentó contra Saúl”
1ª Corintios 15, 45-49: “Somos imagen del hombre celestial”
Lucas 5, 1-11: “Sed compasivos como el Padre del cielo”

RECUERDA

  • 28 de febrero, jueves, día de Andalucía
  • 1 de marzo, viernes, a las 17:30, Celebración del perdón con 3º de comunión
  • 2 de marzo, sábado, a las 12:00, Bodas de oro de Loli y Pepe







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