El Pan de la Palabra. DOMINGO V DE PASCUA



PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA - DOMINGO IV DE PASCUA, C – 19 DE MAYO 2019
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN PARA DISPONER EL CORAZÓN:

Señor Jesús, ayúdanos a formar contigo una Comunidad de amor. Casi al despedirte de tus discípulos, les diste el mandamiento nuevo, el estatuto de la comunidad cristiana. Dinos, una vez más, que nos “mandas” a reconocerte, servirte y amarte en los otros, porque, al final de la vida, nos juzgarán sobre el amor. Ayúdanos a encontrarte en cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Amen.

EL AMOR, ¿ALGO MARGINAL?...

Así lo reconocía Eric Fromm, hace unos años: “El amor es algo marginal en la sociedad contemporánea”. Y eso salta a la vista. La indiferencia es la actitud con que mucha gente pasa ante los que duermen en la calle u oyen hablar de los miles de familias que, sin ningún tipo de recursos, viven en los barrios de las grandes ciudades; la insolidaridad es el comportamiento generalizado ante el drama del paro; la sospecha y la cerrazón se manifiesta, igualmente, en la falta de sensibilidad con quienes, huyendo del hambre o de la guerra, se acercan a las fronteras europeas pidiendo acogida y refugio… Pero, aún más, los que hablan de quererse, muchas veces, no hacen otra cosa que intercambiarse cosas, servicio y prestaciones: “Te doy, para que me des”. Podríamos seguir, pero solo estos datos prueban el nivel de deshumanización de nuestra sociedad.

Ante ello, hay que decir que una sociedad que no ama se deshumaniza. ¿Por qué? Porque la vida del ser humano tiene su origen y su término en un Dios que es Amor. Ello significa que el amor es mucho más que un deber que hemos de cumplir o una tarea moral que hemos de proponer. El amor es la vida misma. Solo quien vive desde el amor está orientando su vida hacia su verdadera humanización. En la medida en nos empeñamos en vivir amando, nuestra vida se despliega y se va liberando de egoísmo, de indiferencia y de insolidaridad. Además, el amor estimula lo mejor de nosotros mismos. Precisamente porque realiza al hombre y a la mujer en su verdadero ser, el amor llena de sentido personal y humaniza la sociedad. Nunca deberíamos olvidar que el amor satisface la necesidad más importante de las personas y la única fuerza que construye a la familia humana en su verdad.

LA PALABRA DE DIOS: JUAN 13,31-33A.34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discí¬pulos míos será que os amáis unos a otros”.

PARA COMPRENDER MEJOR EL TEXTO:

CONTEXTO: El evangelio de hoy es un trozo sacado del último y más largo discurso de Jesús, colocado después del lavatorio de los pies. Se trata de una catequesis que resume las principales enseñanzas de Jesús. El Mandamiento del Amor es lo más esencial en el cristianismo, aunque, todavía esté casi sin estrenar.

EXPLICACIÓN: Jesús ha lavado los pies a los discípulos y sale hacia el monte de los Olivos, consciente de que su muerte esta ya decidida. Y, en ese momento dice: “Ahora Dios será glorificado en el Hijo” ¿Dónde está la gloria? ¿En qué consiste?

La palabra que traducimos como “gloria” (“kabod”), significa realmente “la manifestación del amor Dios en acciones a favor de su pueblo”. Morir por los demás es la mayor gloria, porque es la mayor manifestación posible de amor. La gloria de Jesús es su misma muerte por amor.

De ahí que el amor de Dios, sea correspondido cuando se ama a los otros de la misma manera que ama Dios. Por eso, dice a los discípulos: “Amaos igual yo os he amado”. El "igual que yo" quiere decir que deben amarse porque yo os he amado, y tanto como yo os he amado. Y esta debe ser la práctica de la comunidad cristiana.

CONCLUSIÓN: En realidad, no se trata de una ley, sino de una respuesta personal, como la que dio Jesús, a lo que Dios era para él. El amor que pide Jesús debe surgir de dentro, no imponerse desde fuera como una obligación. El amor a Dios sin entrega a los demás es pura farsa. El amor a los demás por Dios y no por ellos mismos, es una trampa que manifiesta nuestro egoísmo. El amar para que Dios me lo pague, no es más que una programación calculada. La exigencia de Jesús no es con relación a Dios, sino con relación al hombre.


PARA DIALOGAR EN GRUPO O EN FAMILIA

En Mateo 25, Jesús se identifica con las víctimas de las injusticias y atropellos. ¡Lo que hiciste con uno de ellos, conmigo lo hiciste! Pues, con la intención de consolidar en nosotros la práctica del Mandamiento Nuevo, vamos a dialogar:

Como cristiano, ¿cuál es la actitud que he de tener ante las víctimas de injusticias?

PARA REFLEXIONAR PERSONALMENTE

¿He puesto en el centro de mi vida el Amor?
¿Tengo a Jesús como modelo y medida a alcanzar en mi progreso en el amor?


PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA

  • Guarda silencio y disponte a disfrutar del amor que Dios te tiene. Toma conciencia de que estás en comunión con Dios y con la humanidad…
  • Siéntete unido/a a la comunidad. Es ella la que fortalece tu fe y en ella entras en comunión con Jesucristo. Repasa lo mucho que te ha amado… Piensa que en el amor de tu comunidad es Jesucristo quien te ama. Dale las gracias a Dios por todo ello y por todos los que comparten contigo el amor de Jesucristo.
  • Atiende ahora a la voz de Jesús: “Hijito mío, hijita mía. Te doy un mandamiento nuevo, que ama a los demás igual que yo te amo”. Él te está pidiendo que le hagas sitio en tu vida, para, en ti y a través de ti, seguir acercando el amor de Dios a las personas… La respuesta está en tus manos. Él y tu comunidad te acompañarán.
  • Atrévete a amar y servir a los demás. Dile a Jesús:

Cuando vea a alguien que sufre o tenga oportunidad de compartir lo que tengo…,
cuando encuentre a alguien triste y abatido…,
cuando vea situaciones injustas…,
Jesús, enséñame a amar, a dar la vida por los demás,
a practicar el bien y la justicia, en orden a una mayor fraternidad


“UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY”

Solo os pido que os ameis;
no hacen falta otras leyes ni otros ritos:
que os améis unos a otros,
que multipliquéis los encuentros, las ternuras,
los abrazos y los besos.
Sólo quiero que os améis,
que pongáis en común lo que tenéis
y lo que sois;
que dialogueis y os entendais.
Solo quiero que os queráis.

Quiero, amigos míos, que os sirváis,
que os acompañéis
y os ayudéis a caminar;
que os perdonéis
y que no dejéis a nadie solo.

Daos el tiempo que haga falta,
regalaos mutuamente algún detalle,
cosas, gestos…
como signo de amistad y de presencia,
como yo hice con vosotros,
que lleve vuestra marca y vuestro espíritu;
daos unos a otros,
como un pequeño sacramento.

El amor es siempre gracia y presencia.
Ya sólo vale el amor,
pero con una condición,
una pequeña circunstancia
que debéis tener en cuenta:
que vuestro amor sea como el mío,
que os sirváis y os améis,
como yo lo hice con vosotros.
Y nada más…, ni nada menos.

DOMINGO IV DE PASCUA 19 de Mayo de 2019

Hechos 14, 21-27: “Dios ha abierto a los gentiles las puertas de la fe”
Apocalipsis 21, 1-5: “Todo lo hago nuevo”
Juan 13, 31-35: “Amaos unos a otros como yo os he amado”

RECUERDA

  • Miércoles, 22 de mayo, a las 17:30: Ensayo de primera comunión
  • Viernes, 24 de mayo, a las 17:30: Celebración del perdón y ensayo para niños de 1ª comunión
  • Sábado, 25 de mayo, a las 12:00: Primeras Comuniones
  • Domingo, 26 de mayo, a las 12:30: Pascua del enfermo: Eucaristia con Unción de los enfermos







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