El Pan de la Palabra. PASCUA DE PENTECOTÉS

PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA - PASCUA DE PENTECOTÉS 9 DE JUNIO DE 2019
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN PARA DISPONER EL CORAZÓN:

Espíritu Santo, eres viento, llévame donde quieras; eres brisa, déjame respirar lo nuevo; eres fuerza, levántame del suelo; eres alimento, nútreme de tu savia; eres luz, ilumíname con tus rayos; eres calor, calienta mi existencia; eres libertad, hazme libre; eres fecundidad, cúbreme con tu sombra; eres agua viva, dame de beber; eres sabiduría, ayúdame a conocer la Palabra del Señor y hacerla vida de mi vida. Amén.

EL HOMBRE Y LA MUJER BONSÁI

Dios nos creó a “su imagen y semejanza”, como un proyecto de felicidad basada en el amor, la comunión y la libertad. Nos creó como un grandioso árbol, pero nos han convertido en un bonsái. Desde pequeño nos prepararon para conseguir un trabajo en el que ganar cuanto más mejor. Por eso, en general, la vida consiste en mantener ese trabajo y mejorarlo, para tener una buena posición, vivir mejor y más tranquilo, sin estar pendiente de los demás.

Pero, además, el sistema de vida económica, política, social, cultural y hasta religioso que se nos ha impuesto, ha recortado nuestras raíces y achicado la maceta, haciéndonos creer que, nuestras necesidades humanas básicas de seguridad, de valoración, de gozo y de disfrute, sólo se satisfacen teniendo dinero, poder y capacidad de consumo.

El resultado de todo esto es que nos han convertido en hombres y mujeres bonsái.

El Espíritu Santo viene a darnos la posibilidad de reconstruir el proyecto de una humanidad feliz, a ayudarnos a entender que lo verdaderamente humano es realizarnos como personas por la comunión, por el servicio y el gozo de ser y vivir como personas humanas. Para ello, Jesús, nos ofrece su Espíritu. Tendremos que aprender a vivir de la fe, para reconstruirnos a imagen del mismo Dios. Acoge el Espíritu, el viene a romper, si tú quieres, la maceta que te tiene convertido en bonsái, esto es, en un productor-consumidor.

LA PALABRA DE DIOS: JUAN 20, 19-23

“Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”.

PARA COMPRENDER MEJOR EL TEXTO:

CONTEXTO: La situación nos narra el estado de la comunidad primera “encerrada por miedo a los judíos”. Cuando descubren que Jesús y vive y está de nuevo con ellos, todo cambia. Pero no saben explicar lo que están viviendo, por eso acuden a toda clase de recursos narrativos. Sin embargo, la experiencia es clara: Viven a Jesús lleno de Vida.

EXPLICACIÓN: La presencia de Jesús, despierta en la comunidad la alegría y la paz. Y, de esta alegría y esta paz, nace la fuerza evangelizadora de aquellos discípulos. Rápidamente, sus palabras les llegan al corazón: “Como el Padre me envió a mi, así os envío yo”. Ya no hay excusas, ni “puertas cerradas”, que frene la fuerza que Jesús les ha contagiado. Y perdieron el miedo. Después de transmitirles la misión, Jesús les dio el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar de Jesús y de su proyecto, y supieron perdonar, y se sintieron resucitados… Ciertamente se sintieron transformados.

CONCLUSIÓN: El Señor Jesús, continúa transmitiéndonos la paz, encargándonos su misma misión y regalándonos su mismo Espíritu. Y a través del Espíritu nos comunica la “vida nueva” y nos capacita para la construcción de una “tierra nueva, donde habite la justicia”. Pentecostés resume todo el Misterio de la Pascua. Nos hace criaturas nuevas, nos reviste del Espíritu y de su fruto, que es plenitud de vida en “el amor, la alegría, la paz”.

Hoy, por desgracia, hay muchos cristianos y muchas comunidades que viven “con las puertas cerradas” y “llenos de miedo”, como si no hubiesen experimentado la resurrección, como si la vida nueva no hubiera aparecido. Necesitamos que el Señor resucitado se haga presente en nuestras comunidades y nos transmita el soplo creador del Espíritu que da aliento de vida nueva, que capacita para la fraternidad y la justicia, que llama a dar vida y a humanizar la vida.

PARA DIALOGAR EN GRUPO O EN FAMILIA

También, hoy, el Resucitado “está en medio de nosotros”, en nuestra Comunidad, y la inunda con su Espíritu. Vamos a dialogar sobre:

Algunas manifestaciones de la acción del Espíritu en nuestra Comunidad. Vamos a dar gracias a Dios por ello.

PARA REFLEXIONAR PERSONALMENTE

El Espíritu de Jesús, también, inunda nuestro mundo.

¿Cómo se manifiesta en ti, en tu familia, en tu barrio, en tu trabajo…?

PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA

• Al comenzar este rato de oración, recuerda que orar es dejarse acompañar del Espíritu de Dios, que es el que nos capacita para decir “Padre”.
• Escucha ahora a Jesús. Es él quien se dirige a ti, diciéndote: “Recibe el Espíritu Santo”. “Lo mismo que el Padre me envío, yo te envío”… Disfruta este rato, sintiéndote agraciado con tal regalo y con tal misión…
• Y habla con el Señor del Espíritu, de las personas de tu Comunidad, que sirven a los demás y evangelizan… y, también de los que desde cualquier asociación, buscan el bien de las personas y de los barrios…
• Puedes terminar tu rato de oración con esta aclamación al Espíritu Santo.

Dame tu paz, Señor, porque la paz de este sistema, cifrada en la ley del más fuerte, aparece podrida. Bajo el nombre de paz ¡cuánta opresión!
¡Cuánto dolor y desdicha!
Calla el obrero por temor a perder su trabajo, ante un salario de miseria, ante un compañero despedido, ante su honor ofendido…
Calla el débil ante el poder del fuerte; la mujer, ante una sociedad por hombres regida; el emigrante, ante el corazón despectivo del vecino…
Nuestra paz, Señor, está lejos de tu paz, porque no brota de la justicia.
Tu Palabra de Vida y Amor me haga testigo de la justicia y que de ella brote la paz por ti querida.

¡ESPÍRITU SANTO, MANTÉN NUESTRA ESPERANZA!

Todo cuanto vive, de Ti recibe el aliento.
Todo cuanto crece, de Ti recibe la savia.
Todo cuanto se mueve, de Ti recibe el aire.
Todo cuanto canta, de Ti saca la música.
Todo cuanto grita, de Ti aprende la protesta.

Tú haces en el silencio y obras en lo secreto.
Tú construyes sin ruidos y creas sin miedo…

Tú estás a la vez, escondido y presente,
como la levadura en la masa,
como el oxígeno en la atmósfera,
como la fragancia en las flores,
como el sabor en las frutas…

Gracias a Ti tenemos ganas de vivir
y de construir un mundo más humano.
Gracias a Ti siguen vivos los sueños
de igualdad, libertad y fraternidad.
Gracias a Ti soñamos otra sociedad
y caminamos hacia ella con dignidad.
Gracias a Ti aspiramos a ser hermanos
y a construir la nueva humanidad.

Gracias a Ti, hombres y mujeres
de todos los pueblos, credo y color,
van haciendo posible la nueva creación.

Espíritu de Jesús, acelera el día
en que la Babel de la desigualdad
y las murallas que nos separan,
se desmorone y no vuelvan a levantarse,
y la común-unión sea la Carta Magna
de los ciudadanos del mundo
Borra toda frontera, natural, religiosa o civil,
que justifica o crea castas y clases,
y envuélvenos en tu paz,
donde sea posible vivir todos como hermanos
y hermanas.

PALABRA DE DIOS: DOMINGO DE PENTECOSTES 9 de Junio de 2019

Hechos 2, 1-11: “Se llenaron todos del espíritu Santo”
Salmo 103: “Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra”
Romanos 8, 8-17: “Habéis recibido un espíritu de hijos, que nos hace gritar Padre”
Juan 14,15-16.23B-26: “El Espíritu os lo enseñará todo”

RECUERDA

• Jueves, 13 de junio, a las 20:30: Celebración del perdón y ensayo para la Confirmación
• Viernes, 14 de junio, a las 19:30: Confirmaciones
• Sábado, 15 de junio, a las 10:30: “Despertar”