El Pan de la Palabra. PASCUA DE PENTECOTÉS

PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA - DOMIGO DE LA TRINIDAD 16 DE JUNIO DE 2019
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN INICIAL:

Dios, Padre nuestro, cuyo amor nos ha revelado Jesús, haciéndose uno de nosotros y dejándonos el Espíritu para asumir la misión que tú le encomendaste, que nos sintamos tus hijos e hijas y conozcamos la verdad de tu proyecto. Que este mismo Espíritu, ahora, nos ayude a meditar tu Palabra y poder adentrarnos en tu misterio que es un canto al amor compartido y hecho historia de solidaridad y comunión, porque tú no eres un Dios solitario, sino solidario. Amén.

LA TRINIDAD NO ES UN PROBLEMA MATEMÁTICO

“Un joven preguntó un día a su catequista: ¿Cómo explicar la Trinidad de Dios? El catequista, le respondió: El problema no es como se explica, sino saber qué significa para ti y para mí. Respondiéndote a lo que preguntas, le dijo, yo también me he preguntado lo mismo y un día la vida me lo aclaró: De repente, en la calle, vi tres amigos estrechándose en un gran abrazo. Tres amigos y un solo abrazo; tres amigos y un sólo amor. Y me dije, algo así es la Trinidad, en cierto modo son tres, y en cierto modo son uno, sin dejar de ser tres. Pasados unos días, el joven hizo la misma pregunta a su madre. La madre le respondió, la cuestión no es explicarlo, sino tratar de que nuestra vida sea una auténtica parábola de la Trinidad de Dios. La Trinidad no es un problema matemático, sino un acontecimiento de amor, que tú, tus hermanos, tu padre y yo tratamos de vivir en nuestras relaciones y en nuestro servicio a los demás”.

Los teólogos, desde siempre, se han esforzado por explicar el misterio de Dios. Sin embargo, Jesús, partiendo de su propia experiencia, lo que hace es invitar a sus seguidores a relacionarse con Dios, como hijos e hijas, y, con los demás como hermanos y hermanas. Así es como Jesús nos propone abrirnos al misterio de Dios.

Jesús nos descubre que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón: construir con todos sus hijos e hijas un mundo más humano y fraterno, más justo y solidario. Jesús lo llama "reino de Dios" e invita a todos a entrar en ese proyecto, buscando una vida más justa y digna para todos empezando por sus hijos más pobres, indefensos y necesitados.

LA PALABRA DE DIOS: JUAN 16, 12-15

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Muchas cosas me quedan por deciros, pero no po¬déis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espí¬ritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comu¬nicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará”.

PARA COMPRENDER MEJOR EL TEXTO:

CONTEXTO: El pequeño trocito de Evangelio que hoy comentamos, no hay que entenderlo como una profecía de Jesús antes de morir. Se trata más bien de la experiencia, tras la Resurrección de Jesús y de Pentecostés, vivida por los primeros cristianos: Ellos sienten que viven la misma vida de Jesús y que en ellos, gracias a su Espíritu, mora Dios.

EXPLICACIÓN: Lo que experimentaron los primeros cristianos es que Dios podía ser, a la vez, el Dios “más grande” que nosotros; el Dios hecho hombre como nosotros; y el Dios que se identifica con cada uno de nosotros por su Espíritu.

Jesús no intentó nunca presentar a Dios como una verdad que hay que pensar, sino como una realidad que hay que Vivir. Dios no es una idea para rompernos la cabeza, sino la base y fundamento de nuestro ser.

El Dios del evangelio está en lo hondo de nuestro ser identificado con nosotros mismos. Amándonos antes que nosotros le amemos e infinitamente más de lo que nosotros le podamos amar. Ese es el Dios que siendo Espíritu, tiene como único objetivo llevarnos a la plenitud de la verdad. Y aquí "Verdad", en contra de lo que se piensa, no es conocimiento, sino Vida. El Espíritu nos empuja a ser verdad, a ser auténticos. Llevarnos a la plenitud de la verdad es lo mismo que llevarnos a la cota más alta de ser, de Vida.

CONCLUSIÓN: Creer en la Trinidad es creer que el origen, el modelo y el destino último de la vida es el amor compartido en comunidad. La razón es que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios y no estaremos realizados plenamente hasta que podamos disfrutar de ese amor compartido. Por eso, celebrar la Trinidad no es entender racionalmente el misterio de Dios y mucho menos quererlo explicar matemáticamente. Celebrar la Trinidad es descubrir con gozo que la fuente de nuestra vida es un Dios-Comunidad, un Dios-Familia, y que, el camino de nuestra felicidad está en compartir y en practicar la solidaridad.

PARA DIALOGAR EN GRUPO O EN FAMILIA

Creer en el Dios Trinitario, hemos dicho, es creer que Dios es una “comunidad de personas” que nos llama a reproducir la comunitariedad en nuestras relaciones familiares, sociales y eclesiales. Por eso dialoguemos:

¿Reproducimos el ser del Dios-Comunión en nuestra vida familiar, social y eclesial?

PARA REFLEXIONAR PERSONALMENTE

¿Cómo puedo hacer que se refleje mucho más claramente en mi vida cristiana el ser “comunitario” de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo?

PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA

• Al hacer hoy el rato de oración, prepárate como si fuera la primera vez que te encuentras con el misterio de Dios… Puedes comenzar diciendo con pleno sentido: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…
• Fíjate, por un momento, en las pequeñas experiencias de amistad, de tu cariño, que se dan en tu familia, de tu comunidad, de tus vecinos/as, de tus compañeros/as de trabajo…en el trabajo… Todas esas experiencias de amor humano tiene su raíz en el Dios-Comunión y Comunidad…
• Mira, también, las frecuentes situaciones de desamor, de abandono de injusticia en que vive tanta que el Dios-Comunidad es la mayor fuerza que podemos encontrar para hacer posible un mundo de igualdad y de fraternidad…

Da las gracias por contar con un Dios así y termina con estas u otras palabras:

Gracias, Dios nuestro, por ser Amor y nada más que amor.
Si te parecieras al hijo mayor de la parábola,
o al fariseo que reza despreciando al publicano,
o a los que apedrean a quienes se equivocaron…
¿qué podríamos esperar la humanidad?

Pero Dios es compasivo y misericordioso,
y nos colma de ternura y de regalo.
Él mismo se nos regala como Dios-Amor.
Y lo mejor es que nos ha hecho a su imagen.

SE POCO DE TI… SEÑOR

Sé poco de ti, Tú lo sabes.
Se poco de tu intimidad,
de tus manifestaciones,
de tus reacciones…
Poco de tus amores,
poco de tu misterio insondable.

Se poco de ti,
y mis herramientas y trucos,
(mis saberes de ayer)
ya no sirven para desnudarte
y retenerte fundido junto a mí.

Ahora el confundido soy yo.
Cada día me eres nuevo.
Las imágenes que me fabriqué
y el rostro que te asigné,
no me sirven para amarte.

Para amarte día a día,
te dejaré ser,
no pondré trabas a tu osadía
y me emborracharé
en tus fuentes de vida.

Como Padre/Madre,
mantén vivas nuestras vidas.
Como Hijo,
danos la fraternidad perdida.
Como Espíritu, huracán y brisa,
lánzanos tu promesa última.

Sé poco de ti, Tú lo sabes.
Se poco de ti, pero ¡Abrázame!

PALABRA DE DIOS – C. FIESTA DE LA TRINIDAD. 16 de Junio de 2019

Proverbios 8, 22-31: “Antes de existir la tierra, la sabiduría estaba en Dios”
Salmo 8: ¡Que admirable es tu nombre en toda la tierra!
Romanos 5, 1-5: “El amor de Dios ha sido derramado en nosotros”
Juan 16, 12-15: “El Espíritu os guiará hasta la verdad plena”

RECUERDA

• Jueves, 13 de junio, a las 20:30: Celebración del perdón y ensayo para la Confirmación
• Viernes, 14 de junio, a las 19:30: Celebración de la Eucaristía con los jóvenes y adultos que se van a confirmar
• Viernes, 14 de junio: Último día de catequesis de comunión, de postcomunión y de confirmación
• Sábado, 15 de junio, a las 10:30: Catequesis de “Despertar”
• Sábado, 15 de junio: Encuentro diocesano de Caritas
• Lunes, 17 de junio, a las 20:30: Consejo parroquial
• Miércoles, 19 de junio, a las 19:00: Asamblea parroquial. Estais todos invitados