El Pan de la Palabra. DOMINGO I T. O, C



PARROQUIA Nª Sª DE LA SALUD - SEVILLA - DOMINGO I T. O, C. EL BAUTISMO DE JESÚS – 13 DE ENERO 2019
(Tomada de PARROQUIA DE SAN PÍO X)

ORACIÓN PARA DISPONER EL CORAZÓN:

Dios y Padre, danos la gracia de comprender el bautismo de Jesús, y contemplar la acción del Espíritu en Él, que se nos da a nosotros también en nuestro bautismo. Dinos, Jesús, lo que es ser hijos e hijas de Dios como Tú; que acojamos la invitación del Espíritu a escuchar dócil y atentamente tu Palabra; y capacítanos para ser constructores de la fraternidad universal querida por el Padre de todos y todas, comenzando por los débiles y abandonados. Amén.

LA OBRA DEL BAUTISMO EN NOSOTROS

Jesús, en su bautismo en el Jordán, vivió una algo que marcó toda su vida: “Se abren los cielos”, esto es, Dios se comunica íntimamente con él: “Tú eres mi Hijo querido” y el Espíritu “desciende sobre él”. Desde entonces, Dios es para Jesús el “Abba”, el Padre, ante el que vive con total confianza.
Parece que hay cristianos que solo se bautizaron “en agua”. No han llegado a disfrutar del amor del Padre ni del amor de los hermanos. Pero, son muchos los hombres y las mujéres que, tras su Bautismo en el “agua”, han llegado a experimentar el Bautismo del Espíritu y, animados por ese Espíritu, lo han vivido todo de manera nueva.
Los textos que nos han dejado los primeros cristianos, nos muestran lo que ha significado para ellos el bautismo. Se sienten habitados por el mismo Espíritu que movía a Jesús y, por eso, se sienten libres. Ya no viven agobiados por el miedo a Dios, sino que se sienten amados por Él como nadie puede amar. Por eso, también ellos, como Jesús, le llaman “Papaíto”.

Ha cambiado, también, su manera de vivir la religión. Ya no se sienten esclavos de la Ley, de las normas, los preceptos y de las tradiciones, sino liberados por y para el amor. Ha cambiado el sentido y el contenido del culto. El Espíritu, recibido de Jesús, les ha ayudado a descubrir que lo que agrada a Dios no son los ritos vacíos e insolidarios, ni la oración rutinaria, ni los cánticos sin prácticas de justicia.

No hemos de olvidar que una Comunidad sin el Espíritu de Jesucristo, es una Iglesia apagada, que no puede ni vivir ni comunicar la Buena Noticia. No puede saborear ni contagiar su Buena Noticia.

LA PALABRA DE DIOS: LUCAS 3, 15-16-21-22

Como el pueblo estaba expectante y andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo, declaró Juan a todos: Yo os bautizo con agua; pero está a punto de llegar el que es más fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Todo el pueblo se estaba bautizando. Jesús, ya bautizado, se hallaba en oración, se abrió el cielo, bajó sobre él el Espíritu Santo en forma de paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi hijo; en ti me complazco.»

PARA COMPRENDER MEJOR EL TEXTO:

CONTEXTO: Terminado el "tiempo de Navidad", empezamos el "tiempo ordinario", fijándonos en la vida pública que inicia Jesús, tras su Bautismo en el Jordán. Posiblemente no se trate de un hecho puntual, sino de una experiencia que se pudo prolongar durante algún tiempo. En este relato se nos invita a tomar conciencia de cómo vivió él su bautismo como experiencia de Dios y de cómo Jesús descubrió lo que Dios era para él y lo que tenía que ser él para Dios, es decir: el sentido de su vida y la misión que debía realizar de parte de Dios.

EXPLICACIÓN: El evangelista presenta esta escena a la manera de las manifestaciones de Dios en el Antiguo Testamento y, además, como si hubiese sido un acontecimiento social pervivido por todos los presentes: El cielo se abre, baja el Espíritu sobre Jesús y se oye la voz del Padre. Pero, lo que no podemos dudar es que se trata de una experiencia vivida por Jesús en su intimidad: “Tú eres mi hijo”. Por ello, a partir de ahora Jesús le llamara “Abba” (papaíto).

A partir de su Bautismo, la vida de Jesús cambia: Abandona al Bautista y su discurso del miedo, y se marcha a Galilea a compartir las situaciones y problemas de la gente, anunciándoles que ha llegado la hora de acoger a Dios como a un Padre que busca hacer de la humanidad una familia más justa y más solidaria. Abiertamente les dice que Dios es bueno, que busca a sus hijos perdidos, porque quiere salvar y no condenar

CONCLUSIÓN: Aprovechemos la ocasión para descubrir lo que para Jesús significó su bautismo: Sentirse habitado por el Espíritu. El bautizado, por la acción del Espíritu, se transforma en “otro Cristo” que “hará lo que Jesús hizo”, como el mismo Jesús nos indicó. Esta es la identidad más honda del bautizado.

PARA DIALOGAR EN GRUPO O EN FAMILIA

Comenzamos el llamado “tiempo ordinario”, es decir, ahora queremos vivir en “la vida ordinaria” lo contemplado en adviento y navidad, en cuaresma y en pascua. Por eso, podemos preguntarnos y dialogar:

¿Hay diferencia entre un bautizado y un no bautizado? Si las hay, vamos a señalar algunas?

PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

En mí vida ordinaria, familia, parroquia, vecinos, trabajo, etc. ¿En qué se tendría que notar que estoy bautizado/a?

PARA ORAR PERSONALMENTE Y/O EN FAMILIA

  • Serénate, guarda silencio y vuelve a leer el Evangelio… Acércate a Jesús para que te bautice con su Espíritu… Atrévete a pedírselo…
  • Recréate en la ternura de un Dios que te dice: “Tú eres mi hijo, mi hija, mi amado, mi amada, mi predilecto, mi predilecta…”. Desde ese Dios de amor puedes gozar de tu identidad de hijo o hija de Dios…
  • Da las gracias a Dios, por el hecho de haber sido Bautizado o bautizada…

Gracias, Padre, por mi Bautismo.
Él es la fuente que me hace creyente y seguidor,
militante, testigo y misioneros,
y servidor de los pobres y marginados.
Él me une a otros en la comunión y en el compromiso
constructor del Reino abierto por Jesús.

¡Gracias Jesús por mi bautismo,
el más grande regalo de ti recibido!
Por él hago presente tu amor en la vida de cada día.

¡Gracias Espíritu Santo por mi Bautismo.
Por Él te haces fuerza en mi debilidad
y afianzas mi fe y mi esperanza!


PARA RENOVAR LOS COMPROMISOS BAUTISMALES

Por la fuerza del Espíritu,
creo en Dios Padre, bueno y cercano,
aliado de los pobres,
que siempre quiere lo mejor para nosotros.

Porque Dios es Amor,
creo en Jesucristo, Dios encarnado,
que en su condición humana
nos reveló nuestra condición de hijos/as de Dios.

Por fidelidad a Jesús,
creo en el Espíritu de Dios,
que anima y guía nuestra vida,
alentando nuestra lucha por la fraternidad.

Y porque quiero seguir a Jesús
en su lucha por el Reino de Dios y su justicia:

Me niego a secundar en mí,
en el ambiente y en las instituciones,
las leyes egoístas del sistema:
ganar, gastar y gozar sin pensar en los demás.

Estoy dispuesto/a a luchar contra la injusticia,
en todas sus manifestaciones;
contra toda explotación y marginación
de personas, pueblos y naciones.

Así mismo, me comprometo,
con la ayuda de mi comunidad,
a vivir como hijo/a de Dios,
construyendo y gozando de la fraternidad
que nace de la solidaridad con los empobrecidos,
testimoniando el valor supremo de la persona,
con mis palabras, hechos y decisiones,
y, proponiendo la Buena Noticia del Evangelio
y el camino revolucionario del Mandamiento Nuevo.

DOMINGO 1º T O, C. BAUTISMO DE JESÚS. 13 DE ENERO DE 2019

ISAÍAS 40, 1-5.9-11: “Consolad a mi pueblo”
SALMO 103: “¡Dios mío, que grande eres”
TITO 2, 11-14; 3, 4-7: “Dios nos ha renovado por el Espíritu Santo”
LUCAS 3, 15-16.21-22: “Tú eres mi hijo muy amado”

RECUERDA

  • Desde el día 10 de enero, jueves, continuaremos la “Oración de los jueves”.
  • El 11 de enero, viernes, los catequistas tendrán la revisión por niveles después de la catequesis.
  • El domingo, 20 de enero, en la eucaristía de familia se entregará el evangelio a los niños-as de 3º.




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